Sexualidad Sagrada y Tradiciones Espirituales I

¿Qué es la Sexualidad Sagrada y con qué tiene que ver? ¿De dónde viene? ¿Tiene un origen ancestral o es solo un invento new age? Salir del paradigma tradicional de la sexualidad reproductiva. Atravesar la modernidad sexual que centra la experiencia en la “performance”, la cantidad y la calidad del sexo que practicamos. Para evolucionar hacia el poder trascendente de una práctica sexual ampliada. Donde el placer se expande hasta su dimensión extática y sublime. Te damos una cálida bienvenida a …. este viaje de indagación, en el que las tradiciones espirituales nos recuerdan que la sexualidad es una vía de entrada a la experiencia de conexión divina, trascendente, espiritual. A través del disfrute, el placer, el Gozo.
Quizás te sorprende o genera confusión o incluso algo de rechazo saber que existe una dimensión espiritual de nuestra sexualidad. Probablemente porque nos conviene distinguir algunas de las palabras y conceptos para evitar interpretaciones. Así que vamos a identificar algunas claves para facilitar este viaje.
Todas las personas tenemos una dimensión, como seres humanos, de carácter trascendente. Tanto si la exploramos como si queda oculta o desconocida para nosotras. Es esa dimensión desde la que nos hacemos esas preguntas, a veces sin respuesta, conectadas con el sentido de la vida. ¿Para qué estamos aquí? o, la típica ¿de dónde venimos y a dónde vamos?
Nuestra cultura occidental nos ha limitado la exploración de esta dimensión. Y nos propone evasiones más mundanas para no adentrarnos en estos espacios de liberación interior, y mantenernos, precisamente, en el sin sentido del desenfrenado sistema vicioso de necesidad – sufrimiento – consumo – satisfacción, al que nos empuja constantemente. A priori nos hace la vida fácil y sin embargo la va vaciando de valor y de sentido. Y finalmente acabamos precisando acudir a terapia porque caemos en crisis y depresiones de las que no sabemos salir.
Esa capacidad para transcender lo humano, es inherente a nuestra existencia. Cuando nos damos permiso para vivirla, disfrutamos de experiencias de conexión energética y espiritual. Son esos estados de “arrobamiento”, “éxtasis”, “iluminación”, “paz interior” y similares, que a lo largo de la historia de la humanidad han sido descritas por infinidad de personas. Desde el Buda hasta Santa Teresa de Jesús, o cualquier participante anónima de un retiro consciente en el que se haya entregado a prácticas como la respiración holotrópica, la danza primal o una meditación profunda por ejemplo. Y ¿por qué no? también todas aquellas que se lanzan a explorar con enteógenos y plantas medicina, cuyos componentes bioquímicos naturales propician, lo que llamamos, estados ampliados de consciencia.
Entonces podemos distinguir lo trascendente y espiritual de cualquiera de las religiones que el ser humano ha inventado a lo largo de los tiempos. Tanto las aceptadas y masivamente seguidas, como las más divergentes y sectarias. La religión nace de ese anhelo de re-ligar (unir) lo humano y lo divino, dada esa dimensión trascendente que mencionamos. Y sin embargo, prácticamente todas evolucionan hacia sistemas morales de control y orden social, que poco tienen que ver con re-ligar, unir, conectar, humano con divino.
Por tanto, la religión tampoco es la moral. Esa base de normas y criterios acordados, formal o implícitamente sobre lo correcto e incorrecto, lo que se permite y lo que se prohibe en ciertos ámbitos de la vida. Uno de ellos, y muy especialmente, como no, la Sexualidad.
Y así podemos, con tranquilidad, explorar en la sexualidad como un camino más de conexión espiritual, igualmente válido y posible, como lo son las plantas sagradas, la respiración consciente, los mantras, el yoga o cualquier otra vía. De hecho, la definición de sexualidad que ofrece la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce su carácter espiritual.
Ahora sí, miramos con estas distinciones clarificadas, y podemos preguntarnos sobre las tradiciones espirituales que se han atrevido a conectar estas dos dimensiones humanas fundamentales. Sexualidad y Espiritualidad. Y nos encontramos con vías místicas en la mayoría de ellas. Es decir que, en todas las religiones, hubo, hay y habrá practicantes, que sostienen la esencia del fin último de las mismas. Recordemos, religar humano y divino. Y entre esas vías místicas, algunas, solo algunas, se dieron el gusto de explorar y abrir el camino de la Sexualidad Sagrada. ¿Podríamos hablar de místicas sexuales entonces? ¿Estamos sugiriendo que en el Cristianismo, el Islam, el Judaísmo o el Budismo hay corrientes de Espiritualidad y Sexualidad? ¿O solo se da en religiones menos conocidas o incluso consideradas sectarias?
¿Y qué tiene todo esto que ver con los retiros y encuentros que proponemos desde Proyecto ENTRE? De nuestra parte queremos invitarte a la reflexión sin juicio. Y la exploración libre y amorosa. Que sea cual sea tu religiosidad, si la consideras; sea cual sea la manera en la que entiendes lo espiritual, te des la oportunidad de hacer el viaje a través de tu sexualidad, hacia esos estados ampliados de consciencia. A través de arquetipos energético-espirituales. Y posiblemente conectes con tu dimensión trascendente. Y encuentres esos estados de placer y profundo gozo de la vida. 
Te contamos más sobre Sexualidad Sagrada y Tradiciones Espirituales en próximos artículos de nuestro blog. 
Y si quieres disfrutar y compartir con nosotros.

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Jesús de Nazareth y María de Magdala nos guían.
¿Interesante, verdad?

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Resucita al Placer de Vivir!!!



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